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El reino de Frayria está delimitado al norte por el Mar del Norte, al sur por el Mar de Coral, al este por el río Nahal y al oeste por las Montañas Rugosas. Las tierras que la componen son en buena medida llanuras fértiles dotadas de pequeñas poblaciones granjeras; otra buena parte está cubierta por el enorme Bosque de la Reina, donde se centra la moderada producción maderera del reino; en las Montañas Rugosas habitan sólo los más valientes habitan ya que se arriesgan a competir por la actividad minera con las tribus grakhor, las cuales mayormente rechazan la autoridad de la corona de Frayria a pesar de habitar en su territorio.
La gente del reino, en su mayoría humanos, suele ser sencilla y honrada. Cada ciudadano se ocupa de su oficio y de sus quehaceres diarios y deja la política y la intriga a los reyes y demás miembros de la nobleza. A pesar de eso, la capital, Puerto Fray, no está totalmente vacía de criminales y poderes malintencionados.

La ciudad del Bosque de la Reina tiene su nombre desde sus primeros días, cuando no era más que un puesto de avanzada oculto a la sombra de las grandes copas de los árboles. En aquellos días, todo tipo de aventureros se adentraba al bosque con la misión de limpiarlo de bestias mágicas y monstruos que impedían cualquier tipo de asentamiento. Con el paso de los años el bosque se volvió un espacio amigable para la vida civilizada, y para entonces el puesto de avanzada se había convertido en un pueblo con familias y oficios de todo tipo.

En días normales las tribus grakhor que habitan las montañas al oeste del Bosque de la Reina estarían demasiado ocupados peleando entre sí y disputándose territorio con los enanos de Vallerrojo. Sin embargo, la tribu de los Colmillos Rojos logró conseguir el poder para dominar al resto de las tribus, creando así una mega tribu capaz de causar estragos en los reinos vecinos. Su primer objetivo de conquista es ahora el territorio que abarca el Bosque de la Reina, donde se encuentra la ciudad Puestosombrío; al no tener enemigos internos, las bandas de grakhor se han empezado a ver cada vez más avanzando hacia la ciudad humana.

Por si fuera poco, los grakhor hicieron nuevos aliados en el bosque: los druidas y las brujas. La alianza con los druidas es tenue, ya que los grakhor son muy violentos y poco confiables. Sin embargo, los druidas los prefieren como un mal temporal y los usan para intentar frenar el avance de la civilización sobre el gran bosque. Por otro lado, las brujas están encantadas de unirse a los grakhor ya que muchos de ellos están dispuestos a someterse a los experimentos profanos de ellas con la promesa de más poder para el combate; además, junto con ellas, se incorporan a las bandas los muertos vivientes que controlan.

Los Defensores de Puestosombrío cuentan con un variopinto grupo de valientes que no tuvieron más opción que hacerle frente a los invasores grakhor pues de lo contrario se arriesgaban a ver su actual estilo de vida completamente destruido junto con su ciudad. En días normales, las tropas asignadas por la capital del reino a proteger la ciudad son más que suficientes para detener tanto conflictos internos como amenazas a las afueras de Puestosombrío. Sin embargo, las tribus unificadas representan una amenaza mucho mayor que lo habitual y la respuesta de los defensores tiene que estar a la altura.

Cada banda de defensores cuenta con un grupo de soldados para proveer liderazgo y orden a los demás miembros que carecen de disciplina militar. Sin embargo, debido al gran número de enemigos, han incorporado a sus filas un grupo de guerreras que se hacen llamar las Doncellas Acorazadas; éstas compensan su falta de disciplina militar con su gran destreza física y habilidad para el combate. También la academia de magia local aportó magas de batalla para que provean apoyo mágico a las tropas. Y, por último, una camada de jóvenes sin experiencia ni mucho entrenamiento pero con entusiasmo de sobra y el deseo firme de defender su hogar.